Problemas generados por la ruptura del equilibrio ecológico
 

El desequilibrio ecológico se da cuando, a causa de la contaminación - entre otros factores -, la capacidad y las posibilidades de vida se empobrecen.

Pero, ¿qué es la contaminación?

Según yo sé, es la presencia en el ambiente de desechos orgánicos, concentraciones de bacterias o bien, productos de combustión. Cuando éstos llegan a cantidades muy grandes, provocan trastornos, deterioros en los seres vivos y hasta la muerte. Sí, la muerte de los seres vivos.

¿Comprendemos lo que estamos haciendo? Sí, digo estamos, porque somos nosotros los humanos quienes producimos la mayor cantidad, casi la totalidad de la contaminación que nos rodea y que nos envenena. ¿Pero cómo contaminamos a diario y a cada momento? ¿Cómo nos envenenamos a nosotros mismos con la mayor naturalidad, con tanta tranquilidad como si fuera una cosa normal?

Eso de no afinar los vehículos cuando se debe, de tirar basura en lugares inadecuados, de ir poblando cada vez más las áreas verdes, al extremo de poder llegar a causar la ruptura del equilibrio ecológico. ¡No! Eso no es una cosa normal. Y hablando de ello ¿qué es la ruptura del equilibrio ecológico? Hasta donde yo sé, en toda comunidad debe existir una proporción adecuada entre las áreas verdes, fábricas, habitación, vida humana, vegetal, animal, etc. Y cuando existe mayor cantidad de uno de los elementos excepto el primero, o sea, las áreas verdes se produce por consecuencia el desequilibrio y con ello los trastornos, deterioros, enfermedades y como ya hemos mencionado, la muerte de los seres vivos.

Y la única manera de evitarla es concientizando a la población del grave problema que esto representa y educarla para llevar a la práctica las siguientes reglas:

  • Afinar los vehículos cada seis meses o cada diez mil kilómetros, aunque creamos que no es necesario.

  • No tirar basura en lugares públicos, aunque sea en bolsas cerradas, pues los perros callejeros o los pepenadores las abren y las bacterias se dispersan.

  • Que las fábricas estén fuera del área metropolitana, aunque esta regla ya se ha comenzado a llevar a cabo, pero, ¿qué es lo que pasa?, que el área metropolitana se extiende hasta ellas, las envuelve y el problema sigue de nuevo.

  • Evitar en lo posible el uso de insecticidas.

  • Cuidar las áreas verdes y no deteriorarlas.

  • Plantar árboles.

  • Consumir lo menos posible productos en envases desechables o de plástico que se dice son indestructibles.

  • No arrojar basura en la calle, en ríos, lagos y mares.

Tantas y tantas cosas se pueden hacer para conservar éste, el único planeta en que vivimos.

Ahora, debemos pensar que no sólo el mundo es para nosotros, para esta generación, y nos lo estamos acabando en forma descuidada, indolente, inexplicablemente, abusando de los recursos no renovables, destruyéndolos, como los bosques, el derroche del petróleo que a la vez contamina, la extinción de muchas especies de animales, sean terrestres o acuáticos, aves o peces, pequeños o grandes.

Tan sólo veamos algunos aspectos dramáticos como muestra de nuestra indolencia, que demuestran que no somos tan inteligentes los humanos como creemos:

  • Por la indolencia del gobierno y la población, en Acapulco, su hermosa bahía se ha convertido en un basurero, en donde el pez ojotón se ha extinguido como muestra de la alta contaminación.

  • La absurda tala de los bosques sin que se plante la cantidad necesaria de árboles de acuerdo a los que se tiran. En unos segundos dos hombres con una motosierra tiran un árbol que ha alcanzado una edad de doscientos años y que luce enorme, majestuoso.

  • La cacería salvaje de focas que son matadas a palos en miles y miles cada año.

  • La cacería de muchos animales que ni siquiera sirven como alimento, sino como cruel deporte.

  • La enorme venta de animales como mascotas a los cuales sus dueños muchas veces tienen amarrados y ni siquiera alimentan adecuadamente.

  • Las aves que ahora caen en las calles, según se dice víctimas de la contaminación.

En fin, se nos hace pequeño el mundo para acabar con él, a pesar de que los medios de comunicación masiva nos lo dicen, nos lo gritan día y noche, pues sólo nos importa un supuesto bienestar personal temporal y parece que no nos hablan a nosotros, parece que queremos ignorar que estamos destruyéndonos a nosotros mismos, y ahí vamos, la especie humana, la especie inteligente del planeta, avanzando como lava de un volcán que todo lo quema, lo destruye y lo mata a su paso.

Bien dice esa sabia frase que "el principal enemigo del hombre es el hombre".

¿A dónde vamos?

¿Hasta cuándo vamos a comprender el tamaño de este problema? Y sobre todo los adultos, ¿hasta cuándo los adultos van a ponernos un buen ejemplo? ¿Hasta cuándo nosotros los jóvenes vamos a entender que ya tenemos responsabilidades ante la sociedad aunque seamos menores de edad? ¡Ante una sociedad que nos reclama más cuidado de este mundo, nuestra hermosa vivienda!