Genaro, ahorita que no
tenemos muchos huéspedes, quiero aprovechar para
que me hagas unos mandados:
Te vas a la escuela de
mi hijo para que pagues lo del desayuno, te tienen que
dar un recibo.
Luego pasas a mi casa,
le entregas a mi esposa el recibo que te den y le pides
el costal con las sábanas limpias que dejé
sobre la mesa.
De ahí te vas
al mercado y compras una caja de jabones para baño
y una bolsa de pinzas para la ropa, por ahí pasas
al puesto de mi hijo y le dices que pase por mí
a la hora de la comida.
De regreso, pasas con
doña Susana, y le dices que, por favor, el atún
lo deje para la comida de mañana.
No te tardes mucho, porque
quiero que me ayudes a fumigar los cuartos vacíos.
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