Un puente entre Joel y Sofía
 

El señor Joel Celorio sufre un repentino y fuerte dolor de estómago. Unos vecinos se dan cuenta y van por la doctora de la comunidad para que lo atienda.

La doctora lo revisa y dice que es urgente llevarlo a un hospital.

Los vecinos se alarman pues en ese momento la familia del señor Celorio no está. La señora fue a hacer unas compras, sus hijos pequeños están en la escuela y la hija mayor, Sofía, fue a trabajar.

Los vecinos se preocupan, opinan y proponen soluciones pero no logran ponerse de acuerdo.

El señor Joel, a pesar de su gravedad, le dice a uno de sus vecinos, el señor Mauricio, que en el cuarto que acondicionaron como taller hay un calendario donde tiene anotados algunos teléfonos, entre ellos se encuentra el de la fábrica donde trabaja Sofía. Le pide que le hable y en ese momento se desmaya.

La doctora intenta reanimar al señor Celorio e insiste en la imperiosa necesidad de llevarlo a un hospital. Don Mauricio se apresura a buscar el número telefónico de Sofía. Encuentra el calendario que tiene anotados nombres y teléfonos por todas partes. Después de un rato localiza el número buscado y se dirige a un teléfono público, pero tiene arrancada la bocina.

Corre a otro, descuelga la bocina, marca el número, y agitado y nervioso se dispone a comunicarse con Sofía.

La fábrica donde trabaja Sofía está alejada de donde ella vive. Además tiene que solicitar permiso para ausentarse, por lo que no puede acudir al llamado inmediatamente.